Al finalizar el primer cuarto del siglo XXI, una característica de las sociedades en todo el mundo es la existencia de desigualdades de todo orden. No se trata solo de la desigualdad económica, cada vez más analizada. Lo que caracteriza la época actual es la pluralidad de desigualdades: capital-trabajo, capital-naturaleza, capital–género. Es decir, desigualdades de renta, riqueza, de género, climáticas y que son, al final, expresión de la diferente distribución del poder económico y político en las sociedades. Una profusión de desigualdades que la economía convencional se ha mostrado incapaz de afrontar.Seguir leyendo