Once meses después de la oleada de violencia que vació veredas enteras y convirtió al Catatumbo en el mayor foco de desplazamiento del país, el calendario marca otra Navidad bajo fuego. A pesar de los anuncios de cese al fuego entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el Frente 33 de las disidencias de las FARC para el fin de año, las comunidades rurales han vuelto a verse atrapadas en enfrentamientos armados que han generado desplazamientos, confinamientos y un renovado drama humanitario en territorios como Tibú, El Tarra, Convención, Teorama y San Calixto. De acuerdo con la Defensoría del Pueblo, al menos 250 personas han salido de sus territorios en la última semana.Seguir leyendo