Termina 2025 y el Jubileo de la Esperanza llega a su fin. El año jubilar celebrado por la Iglesia universal durante los últimos doce meses ha tenido una eucaristía de clausura celebrada en la Catedral de Sevilla por el arzobispo, José Ángel Saiz Meneses, en la que se ha dado gracias por los frutos de este intenso año para la Iglesia hispalense y para todos los católicos. A las seis de la tarde repicaban las campanas de la Giralda anunciando el comienzo de la misa con la que la Archidiócesis ponía el broche de oro a un Jubileo ordinario, el de 2025, que bajo el título 'Peregrinos de la Esperanza' , culminará oficialmente el próximo día de la Epifanía, el 6 de enero, con la clausura que oficiará el Papa León XIV en San Pedro del Vaticano. Este acontecimiento se ha traducido en Sevilla en unos 25.000 participantes en los distintos encuentros y eucaristías celebradas por el año santo. La eucaristía estuvo celebrada en el altar del trascoro de la Seo por monseñor Saiz Meneses y concelebrada por el obispo auxiliar Teodoro León, ante la imagen de la Virgen de los Reyes , patrona de Sevilla y su archidiócesis, y la talla de Cristo Crucificado atribuido a Juan Bautista Vázquez el Viejo que ha recibido culto en el retablo mayor del primer templo metropolitano durante todo el año jubilar y que será restaurado próximamente. En la homilía de la misa, que contó con la asistencia y participación de numerosos fieles, el arzobispo llamó a los sevillanos a mantener vivo el espíritu de peregrinaje y búsqueda de Dios con el que tan intensamente se ha vivido este último año en un Jubileo que incluso ha contado con la imagen del Cachorro en Roma : «Al concluir el año jubilar de la Esperanza, os invito a que no apaguemos la llama, a que sigamos siendo peregrinos de esperanza». Para el recuerdo queda todo lo acontecido durante el año santo.