Durante años se creyó que cuidar el corazón era solo una cuestión de controlar el colesterol y la presión arterial. Sin embargo, un estudio masivo revela que factores invisibles como el estrés, la inseguridad económica y la alimentación pueden acelerar el envejecimiento cardíaco sin dar señales evidentes, cambiando por completo la forma de entender la prevención cardiovascular.