El restaurante de Málaga que se hecho famoso por su singular 'perrito caliente' y que es una de las mejores aperturas del año

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En una ciudad donde las aperturas se suceden a ritmo vertiginoso, no es fácil que un plato se convierta en seña de identidad en apenas unos meses. Y, sin embargo, eso es exactamente lo que ha ocurrido con el ya célebre perrito nikkei de 6700 by Bacus, un bocado inesperado que ha puesto este restaurante en el radar de los más curiosos… y de quienes repiten. Ubicado en la calle Fernando Camino, en el local que ocupó La Ménsula, este proyecto llegó a Málaga a principios de año y no ha tardado en consolidarse como una de las aperturas más interesantes de 2025 . Tanto, que ya forma parte de nuestra selección anual de imprescindibles. Detrás de 6700 by Bacus está el chef Pablo Fuente, al frente también del restaurante Bacus en Aguadulce, Almería, que lleva funcionando con éxito desde 2009. El nuevo proyecto toma su nombre de las 6.700 millas que separan Málaga de Hong Kong, una cifra simbólica que resume bien el espíritu del restaurante. Durante más de quince años, Fuente ha viajado de forma constante por destinos como Singapur, Tailandia, Malasia o Hong Kong, empapándose de la cocina callejera del sudeste asiático y cruzándola con influencias peruanas y mediterráneas. Ese bagaje se traduce aquí en una carta que no busca encajar en etiquetas fáciles, sino contar una historia personal a través del sabor. Entre ceviches, currys y platos pensados para compartir, hay uno que ha acaparado todas las miradas. El llamado perrito nikkei se ha convertido en el icono de la casa y en uno de los bocados más comentados del año en Málaga. Se sirve en un brioche ligeramente templado, con un delicado sabor a mantequilla, y se rellena con filetes de atún rojo de almadraba macerados, alga wakame, aguacate y otros matices que conectan directamente con la cocina nikkei. Un plato que juega con la memoria del comensal, rompe expectativas y explica, en pocos bocados, el ADN del restaurante. Más allá de su plato estrella, la carta de 6700 by Bacus funciona como un recorrido por diferentes cocinas y técnicas. Aparecen entrantes como el wonton de cordero con aceite de chile, el rollo vietnamita de pato o la zamburiña con salsa de cacahuete. Los ceviches —peruano, nikkei o con guiños tailandeses— ocupan un lugar destacado, junto a elaboraciones más contundentes como el nasi goreng, el pad thai, el cangrejo chili al estilo Singapur o los currys especiados. El apartado dulce también tiene peso propio, con propuestas como el coulant de lúcuma, el mango sticky rice con arroz de coco o una tarta de queso cremosa que funciona como cierre redondo a un menú pensado para dejarse llevar. El espacio refuerza el discurso culinario. Luminoso, con tonos neutros, sofás azul profundo y detalles de inspiración tropical, el interior invita a comer sin prisas. La barra, abierta a la cocina, actúa como eje central del local, mientras la iluminación cálida y la distribución favorecen tanto las comidas informales como las cenas más pausadas. La llegada de 6700 by Bacus confirma algo que Málaga lleva tiempo demostrando: su escena gastronómica atraviesa un momento de madurez y apertura al mundo. No se trata solo de sumar restaurantes, sino de proyectos con un relato claro y una propuesta reconocible.