Cocina para todos, de Karlos Arguiñano

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El arte culinario no se limita a la necesidad básica de nutrir nuestros organismos desde hace mucho. Esto se refleja mucho más desde un tiempo a esta parte, donde la fama de ciertos cocineros rozan el status de estrellas de rock.Platos imposibles que merecen más permanecer en urnas para su exhibición permanente que ser consumidos. La cocina tradicional es cada vez más exclusiva, y ya acudimos a los restaurantes solo por el renombre de quien se supone que cocina, gastándonos euros con los que comería una familia, y que en algunas ocasiones, ni siquiera nos sacia. No se me malinterprete, como buen comensal, aprecio la alta cocina como cualquiera, pero como amo de casa, aprecio la comida hogareña, la básica, la de nuestras madres y abuelas.Admiro a Jamie Oliver, Gordon Ramsay, Massimo Bottura, Ferrá Adrià, hermanos Roca, Yoshihiro Murata, y un largo etcétera, pero siempre termino acudiendo al cocinero más emblemático y con el que me atreví a encender los fogones, que no puede ser otro que Karlos Arguiñano.Nunca me dio por curiosear en la cocina cuando mi madre estaba enfrascada en su ocupación de alimentar a la familia. Incluso en mis primeros tiempos de emancipación, me nutría gracias a los tapers que ella misma me preparaba. Fue cuando tuve mi propia familia que me atreví a eso de darle al off de la vitrocerámica. Y fue gracias al libro Atrévete a cocinar, obviamente, de Arguiñano. Este librito abríó un nuevo horizonte ante mí. Todo aquello de liarme entre cacerolas no parecía tan complicado, puesto que este señor me enseñaba lo más básico desde cocer una patata, hasta elaborar cocidos y más.Fue él quien despertó ese gusanillo que me hizo aprender más y llegar a convertirme en un cocinillas —por lo que me cuentan mis comensales, no se me da mal—. Es por lo que nunca me he separado de la obra de este cercano cocinero, y por lo que he tratado de conseguir todos, o la mayoría, de sus libros.El profano puede pensar que después de tantos recetarios, ya aparecerán recetas repetidas, pero es ahí donde este hombre demuestra su profesionalidad, puesto que sus manuales siguen siendo muy originales, aportando su sabiduría y lo que sigue aprendiendo, porque esto es lo que hacen los buenos profesionales, nunca dejan de aprender.Ahora nos presenta 560 nuevas recetas en su último libro, y como siempre, no puedo dejar de pasar sus páginas admirado sus recetas, abriendo más el apetito a cada página que vas pasando.Lo bueno de Karlos es que su carisma traspasa las hojas, y te transite las instrucciones de la forma más sencilla, dejando claro cada paso a dar, contagiando su entusiasmo por cocinar.Dividido en sus diferentes capítulos, desde los entrantes hasta los postres, pasando por las ensaladas, sopas, verduras, arroces, legumbres, pastas, carnes…, no deja ninguna variedad fuera. A través de él podemos preparar platos ligeros e informales desde una ensalada de piña, jamón de pato y tomates cherry, hasta los más elaborados como unas lentejas con chalotas y muslos de codorniz.Más elaborados no significa más complicados, porque si por algo se caracteriza la cocina de Arguiñano es por su sencillez. Platos que no resultan engorrosos de preparar, al contrario, platos que disfrutamos cocinando, y como no, degustando.Insisto en la claridad con que nos muestra los pasos a seguir, así como a lista de ingredientes necesarios para cada receta. Pasos concisos y concretos, nada de complicar lo que no es complicado. La calidad de la edición también es evidente. Al estar la mayoría de las recetas acompañadas de la fotografía de los platos acabados, el papel satinado dota de todo detalle la elaboración, como facilita la limpieza si alguna salpicadura lo alcanzara.Antes de los postres podremos disfrutar también de alguna recetas de Joseba Arguiñano, el cual sigue la línea de su padre, pero aporta ese toque de modernidad en sus platos, donde una simple tosta de higos con mermelada de foie-gras puede parecer el plato estrella del restaurante más prestigioso, pero que podemos disfrutar en nuestra propia casa.Me pararía a enumerar cada una de esas 560 recetas que aparecen en este libro, pero mejor me dirijo a la cocina, que de tanto hablar de comida me está dando hambre.La entrada Cocina para todos, de Karlos Arguiñano aparece primero en El Placer de la Lectura.