San Plácido y San Mauro fueron los dos discípulos más célebres de San Benito de Nursia, padre del monaquismo occidental. Plácido, hijo de una familia noble romana, fue entregado a Benito desde niño para que lo educara en la vida monástica en el monasterio de Subiaco.Su figura aparece ligada a la obediencia y a la prontitud en el servicio, tal como recogen los antiguos relatos benedictinos. Mauro, por su parte, también fue confiado a Benito en su juventud, y se distinguió por su profunda fidelidad y su vida de austeridad.El episodio más famoso que los une cuenta que, estando Plácido a punto de ahogarse en un lago, Benito ordenó a Mauro que corriera a salvarlo. Obedeciendo inmediatamente, Mauro caminó sobre las aguas y logró rescatarlo. Esta narración, que subraya el poder de la obediencia y de la fe, se convirtió en símbolo del espíritu benedictino: la confianza plena en Dios mediada por la obediencia al abad.Con el tiempo, Plácido viajó a Sicilia, donde fundó un monasterio, y allí encontró el martirio junto a otros compañeros monjes. Mauro, en cambio, permaneció en Italia, donde fue reconocido como modelo de virtud monástica y pastor espiritual. Ambos dejaron un legado de fidelidad al carisma de Benito, recordándonos que la santidad no es fruto del esfuerzo personal aislado, sino de la vida en comunidad, de la obediencia y de la entrega generosa al servicio de Dios.Otros santos y beatos del díaSan Froilán de León (†905)Obispo y monje, patrón de la diócesis de León. De eremita pasó a evangelizador y luego a pastor de su Iglesia, siempre con espíritu de sencillez y austeridad.San Atilano de Zamora (†1007)Obispo que colaboró estrechamente con Froilán en la fundación de monasterios en la meseta castellana. Murió como pastor fiel, recordado por su sabiduría y caridad.Santa Flora de Beaulieu (†1347)Monja francesa del monasterio de Beaulieu. Se distinguió por su vida de penitencia, oración y visiones místicas.Santa Caritina de Corico (siglo IV)Virgen y mártir, entregó su vida en el martirio siendo aún muy joven, testimoniando la fortaleza de la fe frente a las persecuciones.San Apolinar de Valence (†520)Obispo en la Galia, defendió la fe contra las herejías de su tiempo y gobernó con prudencia y dedicación pastoral.Beato Bartolo Longo (†1926)Abogado italiano que, tras una vida alejada de la fe, se convirtió profundamente y fundó el Santuario de Nuestra Señora del Rosario de Pompeya. Gran apóstol del Rosario y de la caridad hacia los pobres.Beato Francisco Xavier Seelos (†1867)Redentorista alemán que evangelizó en Estados Unidos. Fue un misionero incansable, dedicado especialmente a los inmigrantes y enfermos.Beata Ana Schäffer (†1925)Laica alemana que, tras un accidente que la dejó inválida, vivió el sufrimiento con espíritu de ofrenda y unión con la Pasión de Cristo.San Tranquilino Ubiarco (†1928)Sacerdote mexicano mártir, asesinado durante la persecución religiosa en México, símbolo de la fidelidad sacerdotal hasta la muerte.