Un estudio de la Universidad de Cambridge, publicado en Nature, muestra que no todos los diagnósticos de autismo responden a las mismas causas ni siguen la misma evolución. Quienes reciben la identificación en la infancia y quienes la obtienen en la adolescencia presentan perfiles genéticos y emocionales diferentes. Un hallazgo que redefine el espectro autista y abre nuevas vías para la investigación y la clínica.