«La caza en Extremadura llena pueblos muchos fines de semana»

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El pasado 5 de agosto, el patio de la sede de Presidencia de la Junta de Extremadura en Mérida acogió la toma de posesión de Francisco José Ramírez González (La Zarza, Badajoz, 1979) como nuevo consejero de Gestión Forestal y Mundo Rural. Es la cartera del Gobierno de María Guardiola que tiene entre sus competencias a la caza, además de la gestión forestal, la prevención y extinción de incendios, la pesca, la tauromaquia, la lucha contra la despoblación y las infraestructuras rurales. A partir de esa mañana, los focos y las miradas en Extremadura y más allá se centraron en el nuevo consejero, y el sector cinegético esbozó una sonrisa con el nombramiento, porque Ramírez es un apasionado de la caza. «No es una afición que me venga de familia, sino que llegué a ella a través de amigos», sitúa el nuevo consejero, que en los dos meses que lleva en el cargo ya ha esbozado las grandes líneas de la política cinegética que pretende desarrollar desde su posición en el Gobierno autonómico del Partido Popular. «Empecé -recuerda Ramírez- con la caza de escopeta y perro, como suelo decir, o sea, con la caza menor, pero circunstancias personales y profesionales me han ido acercando más a la caza mayor». Alude a su faceta de abogado. Licenciado en Derecho por la Universidad de Extremadura, el consejero extremeño de Gestión Forestal y Mundo Rural ha estado cerca de 25 años ejerciendo la abogacía. Ha sido letrado de la Federación Extremeña de Caza para la provincia de Cáceres y letrado asesor de la Asociación de Empresarios Profesionales Cinegéticos de Extremadura. Socio fundador y administrador del despacho Do ut Des Abogados, en Cáceres, Ramírez ha trabajado también para la firma Bálamo Lega & Fiscal en asuntos civiles y mercantiles, en especial derecho cinegético y cooperativo. Además, ha sido letrado asesor jurídico del grupo parlamentario popular y diputado en la Asamblea de Extremadura entre los años 2012 y 2019. Con formación en liderazgo por ITAE Escuela de Negocios y en Urbanismo y Desarrollos Inmobiliarios por el Instituto de Práctica Empresarial, antes de asumir su actual cargo era director general de GPEX (Sociedad de Gestión Pública de Extremadura). «Cazo todo lo que mis obligaciones me permiten, y casi siempre me acompaña mi mujer, que es tan aficionada como yo», cuenta el consejero de la Junta de Extremadura, comunidad autónoma donde la caza mueve más de 400 millones de euros al año y sostiene a unas 200 empresas. Hay en la región más de 3.200 cotos, que suman casi tres millones y medio de hectáreas, y la caza se puede ejercer en el 82% del territorio regional. «El peso del sector cinegético en nuestra comunidad es evidente y cada vez mayor, y queremos no solo que siga siendo así, sino que vaya a más -apunta Francisco Ramírez-. En Extremadura, la caza llena pueblos muchos fines de semana. Y eso, además de darle vida a estos pueblos, tiene un impacto económico importante en esas economías locales». «Son -amplía- bares que esos días dan muchos más desayunos y comidas y cenas de lo habitual, pequeños comercios que esos días venden mucho más de lo normal, alojamientos rurales que se llenan, rehaleros, piensos, restaurantes… Todo este movimiento es muy positivo, y hay que apoyarlo, más aún teniendo en cuenta el fenómeno de la despoblación rural». En base a este planteamiento, la Junta de Extremadura ha puesto en marcha durante esta legislatura varias medidas de apoyo a los cazadores y las empresas cinegéticas. El pasado agosto entró en vigor la licencia telemática, que permite obtener el permiso sin salir de casa, a golpe de clic desde el ordenador, el teléfono móvil o la tableta. «En este sentido -apunta el consejero-, Extremadura estaba en desventaja respecto a otras comunidades autónomas, y la prueba de que la medida era demandada por los aficionados es que en su primer mes de vigencia, obtuvieron la licencia por esta vía más de 700 cazadores, o sea, una media de casi 25 al día». Vista la buena acogida de la medida, la Consejería de Gestión Forestal y Mundo Rural ya ha anunciado que el trámite de la licencia telemática se perfeccionará. «Ganará en sencillez y agilidad», anticipa el consejero, que igualmente adelanta que «habrá una segunda convocatoria del programa de ayudas a cotos sociales y profesionales, visto que en la primera convocatoria, los fondos se agotaron rápidamente». Para esta nueva convocatoria, se duplicará el presupuesto, hasta alcanzar los 600.000 euros. En este mismo ámbito, el de los cotos, la Junta de Extremadura publicó hace unos días el decreto que recoge bonificaciones del 100% en la tasa de aprovechamientos cinegéticos para aquellos que resultaron afectados por los grandes incendios forestales ocurridos este verano en Caminomorisco (Las Hurdes, 2.400 hectáreas) y Jarilla (más de 17.000 entre los valles del Jerte y el Ambroz). «Uno de los pilares de nuestra política en materia cinegética pasa por implantar medidas que ayuden a profesionalizar el sector», resume Francisco Ramírez, que en la última edición de Feciex (Feria de la Caza, la Pesca y la Naturaleza Ibéricas, celebrada en Badajoz el mes pasado) moderó una mesa redonda sobre el papel de la mujer en la caza. Participaron en ella Carmen Basarán, presidenta de la Oficina Nacional de la Caza; María de Pascual, presidenta de Jocaex (Asociación de Jóvenes Cazadores de Extremadura); y Victoria Galavís, de la junta directiva de Juvenex (Juventud Venatoria Extremeña). En ese coloquio, Ramírez detalló que casi el 20% del alumnado en el último curso del cazador organizado por la Federación Extremeña de Caza fueron mujeres, un porcentaje que parecía inalcanzable hace solo una década. En esta línea de fomento de la presencia femenina en el sector, la Consejería de Gestión Forestal y Mundo Rural reservará cupos para cazadoras y jóvenes en las acciones cinegéticas públicas. Es una apuesta por la normalización real alineada con una estrategia transversal en el Gobierno que preside María Guardiola. Otras dos novedades en tramitación en Extremadura son los decretos sobre gestión de SANDACH (Subproductos Animales no Destinados al Consumo Humano) y control sanitario de la carne de caza. Sobre el primero de ellos, Francisco Ramírez explica que «se está consensuando con la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Sostenible, y atenderá una reivindicación histórica del sector cinegético regional». En cuanto al control sanitario de la carne de caza, el decreto se está ultimando con la Consejería de Salud y Servicios Sociales, y recogerá las aportaciones de veterinarios e industrias cárnicas, entre otros agentes del sector cinegético. Entre sus novedades estará la autorización a los cazadores para que comercialicen directamente sus capturas, siempre previo visto bueno de las autoridades veterinarias. «Se trata -resume el consejero extremeño- de facilitar la comercialización de la carne de caza, que recordemos procede de animales silvestres, lo que hace que su proteína sea de mayor calidad. Al final, el objetivo es que estas piezas de sabor tan característico, muy diferentes entre sí según el animal, ganen presencia tanto en las despensas particulares como en las cocinas de los restaurantes». Este conjunto de medidas impulsadas por la Junta de Extremadura busca darle a la caza el lugar que por tradición, presencia social e impacto socioeconómico le corresponde en una región referente en el panorama cinegético español.