Una mujer de 53 años sufrió un ataque devastador en su propio domicilio en L’Isle-sur-la-Sorgue, en el departamento de Vaucluse (Francia), tras ser atacada por su perro, un american bully XL. El animal se abalanzó sobre ella con tal violencia que, pese a los esfuerzos médicos posteriores, la víctima perdió sus cuatro extremidades.Un ataque de extrema brutalidadEl suceso ocurrió dentro de la vivienda familiar. Según las primeras informaciones, un pariente alertó de inmediato a los servicios de emergencia al comprobar la gravedad de la situación. Los sanitarios encontraron a la mujer en estado crítico y la trasladaron con urgencia al hospital, donde los médicos lograron salvarle la vida, aunque fue necesario amputarle ambos brazos y ambas piernas.El perro, adquirido recientemente, no había mostrado señales de agresividad previas, de acuerdo con fuentes próximas al caso. Sin embargo, la magnitud de lo ocurrido ha conmocionado al país galo y ha reabierto el debate sobre la tenencia de razas consideradas potencialmente peligrosas en entornos familiares.Investigación abierta y debate socialLas autoridades han confirmado la apertura de una investigación judicial para esclarecer las circunstancias del ataque. Se pretende determinar si existió negligencia en la custodia del animal, un punto que será clave para el procedimiento legal.El perro fue retirado del domicilio por los servicios veterinarios y se encuentra bajo observación mientras se decide su destino. La situación ha generado un intenso debate sobre la regulación y control de este tipo de razas en Europa, donde ya se han registrado episodios similares con el american nully XL.La mujer, que permanece ingresada en estado grave, pero estable, se enfrenta ahora a un largo proceso de recuperación tras la amputación de sus extremidades. El caso, por su violencia y repercusión, ha situado nuevamente en el centro del debate público la responsabilidad de los dueños y el papel de las instituciones en la prevención de ataques de esta naturaleza.