Esto es lo que opinan sobre las duchas mixtas y los desnudos los monitores del 'campamento de las vergüenzas'

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La denuncia de unos padres sobre lo ocurrido con sus hijos de 13 y 15 años en un campamento juvenil de Bernedo, Álava, ha provocado una gran controversia. Los menores relataron a su regreso que durante su estancia tuvieron que compartir habitaciones y duchas mixtas, y que algunos monitores llegaron a pasearse desnudos por las instalaciones e incluso a ducharse junto a ellos. Una experiencia que describieron como "traumática".[articles:342666]La respuesta de los educadoresTras conocerse las acusaciones, los responsables del campamento emitieron un comunicado en el que defendieron su labor y negaron las acusaciones. “Ante las mentiras publicadas, es evidente que mantenemos a niños, niñas y jóvenes bajo nuestro cuidado y que realizamos decenas de visitas médicas en cada turno”, aseguraron. También recordaron que “anunciamos con antelación que no habrá llamadas durante los campamentos de verano y que no se deben traer teléfonos móviles”, insistiendo en que, en caso de necesidad, son ellos quienes facilitan el contacto con las familias.Los educadores denunciaron que han sido objeto de mensajes hostiles. “Condenamos enérgicamente los ataques transfóbicos que hemos sufrido, tanto en canales privados como públicos”, afirmaron. Argumentaron que dichos ataques estaban relacionados con la polémica sobre las duchas y que, en respuesta, “hemos considerado necesario aclarar nuestros fundamentos ideológicos y explicar las razones de nuestros métodos de acción”.Un proyecto con base transfeministaEn el comunicado, explicaron que “nuestro proyecto educativo se basa en valores transfeministas y tiene como objetivo crear espacios seguros para todas las identidades y cuerpos”. Indicaron que cada actividad, incluidas las duchas, busca “normalizar todos los cuerpos, romper estigmas y liberarse de la vergüenza y la sexualización”. Según defendieron, las duchas mixtas no son una improvisación, sino parte de una propuesta política y ética: “Esta propuesta cuestiona el binarismo impuesto, promueve la normalización de los cuerpos y busca contribuir a la construcción de entornos más habitables”.Los educadores admitieron que la desnudez puede generar incomodidad, pero insistieron en que no obligan a nadie a desnudarse delante de los demás. “Nos esforzamos por crear espacios seguros, supervisando y cuidando las duchas, como cualquier otra actividad: no obligamos a nadie a desnudarse delante de otras personas y ofrecemos acompañamiento y alternativas personalizadas en cada caso”, afirmaron. Al mismo tiempo, defendieron que “trabajar en la desexualización de la desnudez y la relación entre géneros es esencial para protegernos de diversos tipos de violencia”.Por último, destacaron que este enfoque pedagógico es fruto de un trabajo profundo de los educadores antes y durante los campamentos. “Aunque somos conscientes de que es imposible cambiar radicalmente la situación en 15 días, creemos que el esfuerzo merece la pena, pues hemos visto resultados muy positivos año tras año”, señalaron. Concluyeron agradeciendo el apoyo recibido: “Desde el euskera, el feminismo y la comunidad local, nuestro objetivo es el disfrute y la educación de niños, niñas y jóvenes, y creemos necesario garantizar estos modelos educativos”.