Barcelona ha acogido el Youth Development Summit: un foro de economía, democracia y utopías liberales

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«Viva la libertad, carajo». El grito, marca de la casa del presidente argentino Javier Milei, ha sido la frase con la que Alejandro Nimo, cónsul general en inversiones del Gobierno de Argentina en España, ha cerrado su intervención este sábado en Barcelona. La capital catalana ha acogido el Youth Development Summit , un foro organizado por la asociación Students for Liberty que ha reunido a decenas de ponentes nacionales e internacionales para debatir sobre ideas liberales en uno de los espacios más singulares de la ciudad: la Casa de la Convalecencia, en el antiguo recinto modernista del Hospital de Sant Pau. Nimo ha centrado su discurso en lo que ha definido como el «milagro económico argentino». Ha enumerado una a una las medidas que, según él, han permitido a su país iniciar una etapa de recuperación tras la llegada de Milei a la Casa Rosada. «En realidad no es un milagro —ha apuntado— , es simplemente aplicar los preceptos básicos de la escuela austríaca de economía». Su mensaje, con ecos del propio presidente, ha arrancado aplausos entre los asistentes, en su mayoría jóvenes interesados en el pensamiento liberal. Uno de los ponentes más esperados ha sido Gustavo Martínez , especialista en mercados financieros. Su discurso ha girado en torno al valor del oro como refugio frente a la incertidumbre. «El oro no es una burbuja, es un antídoto contra el sistema, una vacuna contra los tipos de interés negativos», ha defendido, convencido de que los bancos centrales y la inflación lo han convertido en un activo más sólido que nunca. También ha despertado expectación la intervención de Ruben Gispert, creador de contenido y activista por la regeneración democrática. Ha empezado fuerte: «No soy liberal», ha confesado. Ha explicado que huye de las etiquetas porque acaban «convirtiendo a uno en lo que precisamente intenta evitar». Su tesis es que la libertad colectiva es la base que sustenta la individual. El programa ha incluido un mosaico de perspectivas. Lluís Monset, presidente de la Asociación Catalana de Entidades de Salud, ha planteado una radiografía crítica del sistema sanitario español. Ha defendido la coexistencia de la pública y la privada y ha pedido abandonar la demonización de esta última: «La privada cumple una función imprescindible». El abogado y creador de contenido Marc Urgell, fundador del despacho Avast en Andorra, ha apostado por un discurso contracorriente: en lugar de ensalzar las virtudes del emprendimiento, ha enumerado las dificultades y obstáculos que supone lanzarse a esa aventura. «Es precioso emprender, sí, pero no todos están hechos para eso», ha concluido. Por su parte, Ramon Tremosa , profesor de la UB y exeurodiputado, ha plantado cara a la tónica del encuentro y ha defendido la independencia de los bancos centrales como un pilar del equilibrio económico. Ha criticado el intervencionismo de Turquía en los últimos años y también la actitud de Donald Trump hacia Jerome Powell. Ha abogado por reforzar el mercado común europeo y ha destacado el papel del euro como instrumento de paz y desarrollo en el sur y el este del continente. Ha habido también espacio para visiones más personales. Gonzalo Yuste, director de la marca de ropa Laissez Faire, ha llevado la reflexión al plano existencial citando a Viktor Frankl, autor de El hombre en busca de sentido: «Las fuerzas que escapan a tu control pueden quitarte todo lo que posees, excepto una cosa: la libertad de elegir cómo vas a responder a la situación». El divulgador Adrià Núñez, responsable de abrir el foro de buena mañana, ha centrado su charla en la pregunta de si realmente vale la pena debatir con todo el mundo. A su juicio, escoger bien con quién se discute es tan importante como defender bien los argumentos. Por su parte, Javier Pérez, coordinador del Partido Libertario, ha cargado duramente contra el paternalismo estatal, en el que quizá haya sido el discurso más radical a favor de las ideas libertarias en toda la mañana: «El problema no es la intención, que puede ser noble, sino que nos convierte en dependientes. El Estado nos trata como a niños incapaces de gestionar nuestras vidas. No debería interponerse en qué compramos, en qué comemos, en que llevan los productos que consumimos. El único ministerio en el que creo, en el que además pienso que deberían destinarse más recursos es el de Justicia». El Summit no solo ha contado con voces académicas y económicas. También se han escuchado proyectos más excéntricos, casi de laboratorio político, que tratan de llevar la idea de libertad a sus límites. Ese ha sido el caso de Paul Victoria, embajador especial de la República Libre de Liberland , un proyecto micronacional que nació en 2015 con la ambición de construir una república desde cero. Liberland reclama una pequeña franja de tierra sin soberanía clara en la frontera entre Croacia y Serbia —la zona de Gornja Siga, de apenas 7 km²—, y se ha dotado de estructuras en red como ministerios virtuales, protocolos online de ciudadanía y una red de representantes diplomáticos no reconocidos. Victoria ha defendido que la iniciativa no es solo una utopía digital, sino un proyecto de soberanía mínima y descentralización que busca convertirse en un espacio físico real. Más allá de las conferencias individuales, el Summit ha incluido varios paneles de discusión. En el primero, Carlos Campos , presidente del consejo de estudiantes de la Universidad de Barcelona, ha animado a los jóvenes a «vender mejor las ideas» y a perder el miedo a equivocarse: «Cuantas más hostias os deis, mejor». A su lado, Adolfo Urquizo , director de SFL, ha denunciado la excesiva regulación: «La mayor barrera de entrada para los jóvenes es que lo más sencillo requiere permisos interminables». El segundo panel lo han protagonizado Irene Carreras, doctora en Derecho y asesora de la Asamblea de Madrid, y María Blanco, economista y profesora universitaria. Carreras ha defendido la «espontaneidad organizativa» y el papel del egoísmo como motor de mejora colectiva: «El autónomo que limpia su calle para atraer clientes también beneficia a todo el barrio». Blanco, por su parte, ha pedido desconfiar de los políticos y abandonar la «cultura de la envidia»: «Hay que dejar de comportarnos como súbditos y exigir que trabajen para nosotros». La conferencia ha terminado con un último panel dedicado al liderazgo joven, que ha contado con la participación de Francesc Almendros , experto en comercio internacional y profesor de Economía en la UAB; Carles Monistrol , CEO de Disconect Events y director comercial de la discoteca Barrokos; y Manuel Ferretti, coordinador nacional de Students for Liberty Italia. Los tres han aportado perspectivas distintas —académica, empresarial e internacional— sobre el papel de las nuevas generaciones en e liderazgo y el emprendimiento.