Colombia debe asegurar la oferta de energía y sanear el sistema financiero para evitar una crisis: Centro de Estudios de Energía. Imagen: cortesía ANIF y CREEEn el foro Futuro del sector energético, organizado por ANIF y el Centro Regional de Estudios de Energía (CREE), Tomás González, director de este centro de pensamiento, presentó un panorama sobre los principales desafíos que enfrenta el país en materia energética.El diagnóstico concluye que Colombia se enfrenta a dos urgencias inaplazables: asegurar la oferta de energía en el mediano plazo y sanear financieramente el sistema eléctrico y de hidrocarburos, que hoy presenta deudas acumuladas y riesgos de sostenibilidad.Oferta de energía bajo presiónDe acuerdo con el CREE, el balance de energía eléctrica y de gas muestra señales de alerta.En el caso del gas, el Gestor del Mercado reportó que, para 2026, la contratación de la demanda esencial e industrial apenas cubre el 70 % de las proyecciones de consumo de la UPME, lo que abre la puerta a un déficit que pondría en riesgo la seguridad energética.El panorama eléctrico no es más alentador. González señaló que los proyectos de generación y transmisión no están entrando en los tiempos previstos.Recomendado: Pese a subasta, generadores alertan sobre riesgo de falta de energía en Colombia hacia 2029De acuerdo con cálculos del CREE con datos de XM, la conexión de proyectos renovables al sistema puede tardar más de cinco años, cuando lo ideal serían tres.“Tenemos que asegurar que los proyectos entren a tiempo y que las señales de inversión sean correctas para evitar un desbalance que comprometa la seguridad energética”, advirtió.El reto es enorme: la expansión de la capacidad instalada hasta 2040 demandará inversiones de entre US$55.000 millones y US$62.000 millones.De acuerdo con el experto, cualquier retraso en este plan no solo afectaría la confiabilidad del sistema, sino también la transición energética, que requiere diversificación y nuevas tecnologías.En paralelo, el sector de hidrocarburos enfrenta caídas en exploración, menores inversiones y una infraestructura vulnerable a bloqueos y atentados. La consecuencia, según González, es clara: si no se toman decisiones urgentes, Colombia podría enfrentar déficits energéticos y mayor dependencia de importaciones.Fragilidad financiera del sistemaEl segundo gran desafío es el deterioro de las finanzas del sector energético. Cifras de Asocodis y la CREG muestran que las deudas acumuladas con las empresas de energía son cada vez mayores y amenazan la estabilidad del sistema.Un caso crítico es el de Air-e, distribuidora en parte de la costa Caribe, donde la intervención estatal ha reducido el recaudo, incrementado las pérdidas y frenado la inversión en una región históricamente rezagada.Recomendado: Energía en tensión: Colombia llega a 2026 entre el reto de garantizar suministro y atraer inversiónEste escenario, explicó González, también genera presión sobre empresas como Afinia, que requieren recursos urgentes para modernizar su infraestructura.“Sin resolver los problemas financieros de estas compañías, no habrá capacidad para atraer capital nuevo ni para garantizar un servicio estable”, subrayó.A esto se suma la fragilidad fiscal del país. Los ingresos derivados de los hidrocarburos han sido claves en épocas de bonanza, pero la reducción de reservas, las dudas sobre nuevos proyectos y la presión de los subsidios a combustibles fósiles y electricidad generan un desequilibrio que limita el margen de maniobra del Gobierno.Un llamado al próximo GobiernoEl director del CREE resumió que el país debe concentrarse en dos tareas inmediatas: garantizar que los proyectos de generación, transmisión y gas entren en operación a tiempo, y sanear las finanzas del sistema eléctrico y de hidrocarburos.Solo con estos pasos será posible sostener la transición energética, ampliar la cobertura y asegurar un suministro confiable para la economía y los hogares.“El futuro energético de Colombia depende de asegurar que la oferta crezca a la velocidad que demanda la economía y de resolver los problemas financieros que hoy limitan la inversión. Si no logramos esas metas, la seguridad energética del país estará en entredicho”, concluyó González.