Como si de aquí nadie se hubiera marchado. Como si no hubieran tenido que volver a plantar el césped, montar los banquillo y panelar las vallas publicitarias. El tiempo parece haberse detenido en el Estadi Olímpic Lluis Companys. Como si el Barça que se despidió de él al final de la temporada pasada, en verdad, tan solo hubiera entonado un hasta pronto. Lo que hace unos años parecía una travesía hasta escalar la montaña mágica, este 28 de setiembre los culers lo sintieron que volvían a casa. Como si nunca hubieran cerrado las puertas convencidos de que no haría falta volver nunca más.Seguir leyendo....