La declaración de Murcia suscrita de manera solemne este domingo en la capital levantina por Alberto Núñez Feijóo y todos los presidentes autonómicos del Partido Popular (PP), a la espera de un plan más específico sobre inmigración que el partido presentará en octubre, supone para los populares cruzar el Rubicón y situarse definitivamente como una formación con un discurso duro en inmigración. Aquel que defiende, ya negro sobre blanco y con la rúbrica de sus principales dirigentes, medidas como restringir las ayudas sociales a los inmigrantes que no hayan cotizado, caso del Ingreso Mínimo Vital (IMV); la expulsión de quienes cometan graves delitos estando en situación irregular o reincidan, aunque sea en delitos leves; o un estricto sistema de visados inspirado en los países menos laxos con quienes llegan de fuera, como Australia, Canadá o el Reino Unido, vinculados además a la integración "cultural", un etéreo concepto enormemente discutido, incluso en ámbitos de la derecha. Tan etéreo que en el texto de la declaración se habla del especial "vínculo con las naciones hermanas de Hispanoamérica", pero en un apartado en el que se abordan los requisitos para la concesión de la nacionalidad española, y no la acogida o regularización de inmigrantes. Seguir leyendo....