Andan queriendo que uno diga genocidio por obligación. Me recuerda al chiste de aquel hombre al que su peluquero empujaba la cabeza con el dedo anular para que la ladeara, y el cliente se resistía con todas sus fuerzas. Terminaban peleando. Después, el peluquero tomaba aire y le preguntaba, serenándose: «¿Sería tan amable el caballero de ladear la cabeza para que yo le pueda cortar el pelo en esa zona» y el hombre respondía: «Sí, pero por cojones, no». Para la izquierda, hay que decir genocidio en lo de Israel para seguir siendo un ciudadano y, si no pronuncia la palabra, uno se convierte en un paria. Yo no digo genocidio porque creo que no estamos ante uno. Si genocidio... Ver Más