La escultura alegórica simboliza o concreta materialmente una idea, un valor o una virtud; elementos abstractos que, en la mayoría de los casos, toman forma femenina. La escultura Gades es una de ellas, y su autor logró personificar en esta obra el espíritu de la ciudad que le da nombre. Algunos también la denominan "la sirenita erguida" o la "musa marinera".Se trata de una figura femenina de cuerpo completo que aparece totalmente erguida, apoyando los pies con firmeza en el suelo. Es característica la sensación que ofrece, ya que, por un lado, la figura femenina se presenta quieta y simétrica, quietud que se acentúa con la actitud del brazo izquierdo, cuya mano se apoya firmemente en la cintura. Salvo por la postura de los brazos y el pelo, la figura se elaboró en relación a un eje vertical, en una composición simétrica y sin espacios vacíos.Gades, visión frontal en el Paseo Marítimo de Cádiz.Los brazos se colocan en zigzag, desde la cintura izquierda hasta la mano derecha colocada sobre la frente de la figura, generando dos espacios vacíos asimétricos entre ellos y el torso de la misma. Este contraste entre la línea vertical y el zigzag provoca que el espectador termine dirigiendo su mirada hacia el rostro de la estatua. Contrasta la quietud con el movimiento que sugieren los amplios pliegues de la tela, apoyada en parte en el antebrazo izquierdo, y el pelo de la figura. Ambos elementos, totalmente asimétricos, parecen agitados por el viento de Levante.[articles:342132]La obra original está realizada en escayola, con las siguientes medidas: 170 cm de alto x 85 cm de ancho x 62 cm de fondo. El autor siempre pensó en que se fundiría en bronce. Actualmente, se encuentra en el centro de uno de los patios interiores de la Casa de Iberoamérica. Tras 51 años, el yeso presentado para el concurso fue fundido por primera vez. Las medidas finales son 183 x 75 x 75 cm.Gades, paseo Almirante Pascual Pery, Cádiz,La obra presenta básicamente una textura pulida en el cuerpo de la figura femenina y un poco más rugosa en el paño y el pelo. El paño es trabajado con grandes pliegues y el pelo es tratado de forma similar, lo que permite en ambos casos que la luz resbale por ellos, sin generar efectos de claroscuro.El canon utilizado en la figura genera una gran sensualidad, adaptándose a los criterios propios de la belleza de la época, lo que hace que sea fácilmente aceptada por el espectador. La luz se desliza por la superficie de la figura, pero es precisamente el brazo derecho y la mano que protege del sol sus ojos entornados los que generan un efecto de sombras, gracias a la disposición de la figura.Gades está colocada sobre un pedestal en forma de tronco piramidal irregular de mampostería, aplacado en piedra blanca. En uno de sus laterales se colocó una placa rectangular de bronce que permite conocer el origen de la obra, su fuente de inspiración y las personalidades que hicieron posible su erección en los ámbitos financiero y político.Vassallo explica cómo le surgió la inspiración de la obra:“…Me la sugirió una muchacha, que miraba hacia el mar en la misma playa de Cádiz. En esta escultura quise condensar la luz deslumbradora de Cádiz, en los entornados ojos, que con la mano protege del sol, y el aire, que azota la tela que pende de uno de sus brazos y mueve sus cabellos. Las piernas se separan buscando una estabilidad a su vez escultórica”.Gades está inserta en esas obras que el autor solía trabajar en la intimidad de su taller, alternando esa labor con la docencia, dentro de ese personalísimo estilo del “Mediterraneísmo”, de formas serenas y suaves, clásicas y a la vez innovadoras. Gades, visión frontal, original en yeso, colección Vassallo, Casa Iberoamérica.Puede sorprender que la figura de una mujer desnuda con una toalla al brazo represente alegóricamente a una ciudad trimilenaria. Pero debemos tener en cuenta lo siguiente: en primer lugar, queda representada la intensa luminosidad de la ciudad y el viento de Levante que agita los paños y el cabello. Cádiz es eso: luz y viento, sol y Levante o Poniente. En el caso de Gades es el Levante; la mujer mira al mar de luz cegadora mientras el viento agita los paños y su cabello en dirección a ese inmenso océano. Gades, detalle del original en yeso, colección Vassallo, Casa Iberoamérica.Vasallo quiso donar la obra a la ciudad desde el primer momento. José María Pemán, en 1959, indicó al Ayuntamiento la conveniencia de que se colocase como símbolo de la ciudad. No corrían buenos tiempos, por la moral de cortas miras imperante, para colocar un desnudo de tal sensualidad en un lugar tan concurrido como la playa. Se pensó en ubicarla en la pequeña y cercana Playa de Santa María del Mar. El proyecto quedó en eso, en un proyecto inacabado, y hubo que esperar 51 años para que se hiciera realidad.Un año después de la muerte del autor se realizó la primera versión de Gades, promovida por el Puerto de Cádiz. Esta figura de gran tamaño es una reproducción a escala de la obra de Vasallo. Mide 350 x 105 x 90 cm y fue realizada por Miguel Ángel Rodríguez García y fundida por Ángel Ramírez Martín en 1987.Gades, visión trasera, en el Paseo Marítimo de Cádiz.