Cantar a todo pulmón los clásicos de la música de plancha y aquellos éxitos de los noventa y dos mil se ha convertido en un imán para los consumidores que buscan una experiencia distinta de entretenimiento nocturno. Ese es el sello de Sala de Despecho, un concepto que transforma el desamor en celebración y que ya cuenta con presencia en México, España, Estados Unidos, Venezuela y Colombia.La marca, que avanza en su consolidación en el país, proyecta nuevas sedes en ciudades estratégicas. Así lo confirmó Juan Camilo Toro, director de marca, quien habló sobre las inversiones en el país y los retos frente a la reforma laboral.Vea también: (Proveedores extranjeros del sector defensa deberán invertir en reindustrialización)Sala de Despecho se ha convertido en un fenómeno en el sector del entretenimiento. ¿Por qué el despecho resulta tan lucrativo?Porque toca directamente las emociones humanas. En el entretenimiento siempre buscamos conectar con sentimientos universales: amor, felicidad, tristeza, nostalgia… y el despecho hace parte de eso. No se trata solo de una ruptura amorosa; también puede ser el duelo de dejar una casa, cambiar de trabajo o terminar una amistad. Es un estado de transición que todos vivimos. Por eso, aunque el concepto se centra en el despecho, no necesitas estar “ardido” para venir, este es un espacio donde transformamos esas emociones en celebración compartida.¿A qué tipo de público están llegando?Inicialmente pensamos en una audiencia de entre 35 y 70 años, muy identificada con la música de los años setenta y ochenta, el pop mexicano o lo que en Colombia conocemos como música de plancha. Pero con el tiempo nos sorprendió ver cómo también llegaron jóvenes desde los 20 años. Nuestra propuesta musical y de experiencia conecta generaciones completas.Sala de Despecho cuenta con varios puntos en el mundo, ¿cómo describirías ese crecimiento?El proyecto nació en Guadalajara hace dos años y desde entonces ha tenido una expansión acelerada. Hoy contamos con 35 venues en el mundo en países como México, España, Estados Unidos, Venezuela y Colombia. En nuestro país abrimos la primera sede en Medellín en marzo del 2025 y ya inauguramos la segunda en Provenza. En noviembre abriremos en Bogotá y en diciembre en Cartagena. La meta es llegar a siete sedes en Colombia para el primer semestre de 2026, incluyendo Cali, Barranquilla y Bucaramanga.Vea también: (El importante hotel de gran trayectoria en San Andrés que cierra operaciones: ¿por qué?)Juan Camilo Toro, director de marca de Sala de Despecho.Cortesía¿A cuánto asciende la inversión y la generación de empleo?Para Colombia, la inversión en 2025 será cercana a los tres millones de dólares y queremos llegar a cinco millones en 2026. Solo en este país esperamos crear más de 500 empleos directos. Más allá de lo económico, queremos posicionarnos en la escena del entretenimiento.¿Qué retos han encontrado en la expansión, especialmente en el mercado colombiano?El primero es la tropicalización, es decir, adaptar el concepto sin perder el ADN mexicano que es la columna vertebral del proyecto. En cada ciudad nos ajustamos a los gustos locales, pero manteniendo nuestra esencia. El segundo reto es la estandarización del servicio, desde bartenders hasta meseros pasan por una escuela de formación para asegurar calidad y coherencia.¿Cómo les ha impactado la reforma laboral en Colombia?Sin duda es un reto. Nuestro sector trabaja sobre todo en la noche y eso encarece la operación. Aunque entendemos y apoyamos la protección de derechos laborales, también sería necesario un equilibrio con incentivos tributarios o financieros para que sea viable hacer empresa. Nos hemos adaptado, pero eso implica ajustar precios sin salirnos del rango que el consumidor está dispuesto a pagar.Vea también: (Con socio local, Weber acelera expansión de sus tiendas de parrillas en Colombia)La marca busca llegar a nuevas ciudades de Colombia.Cortesía¿Qué diferencias encuentras entre el mercado colombiano y otros como México o España?Son mercados distintos. En países como Estados Unidos o España hay más apoyo en términos de contratación y beneficios empresariales. En Colombia sentimos cambios constantes en temas tributarios y laborales, lo que nos obliga a estar en permanente adaptación. Aun así, el público colombiano es muy receptivo y apasionado, lo que nos motiva a seguir creciendo.¿Qué experiencia vive el consumidor cuando entra a una Sala de Despecho?Somos un gastrobar que abre de 5:00 p.m. a 2:00 a.m. La gente puede cenar, compartir platos al centro, disfrutar coctelería con destilados mexicanos como tequila y mezcal, y vivir diversas experiencias durante la noche como cambios de luces, sorpresas y dinámicas que mantienen al público inmerso. Tenemos micrófonos que simulan karaoke, pero de manera controlada para que todos participen sin que se vuelva caótico.Muchos artistas han pasado por sus sedes. ¿Cómo funciona esa dinámica?No tenemos un line-up fijo ni tarima como tal, pero sí hemos recibido visitas espontáneas de artistas como Alejandro Fernández, Grupo Frontera, Marco Antonio Solís, Jesse de Jesse & Joy y en Medellín han estado Pipe Peláez y Marbelle. A veces llegan solo a cenar y terminan pidiendo un micrófono para cantar con el público. Aunque todo parece muy orgánico, también hemos empezado a trabajar con disqueras y managers para coordinar algunas de esas experiencias.¿Cuál ha sido el momento más memorable hasta ahora?Sin duda, cuando Ed Sheeran cantó en nuestra sede de Polanco en Ciudad de México. Sala de Despecho no pone música en inglés, pero él pidió un micrófono y fue una locura. Ese día confirmamos que el concepto trasciende fronteras y géneros musicales.¿Qué viene para la marca en Colombia?Queremos consolidar a Sala de Despecho como el lugar donde el despecho se transforma en una experiencia positiva, compartida y hasta terapéutica. Invitamos a todos a visitarnos. Nuestro eslogan lo resume bien: “Siempre volverás una y otra vez”.JOHANA LORDUY Periodista de PORTAFOLIO