A veces, los soldados que se quedan de guardia a solas en la Academia de Ingenieros del Ejército "oyen cosas, ven luces" entre las jaras y encinas del paraje de Matalasgrajas. Cerca, en un monte del término madrileño de Hoyo de Manzanares, queda el campo de tiro de El Palancar, el lugar en el que, hace 50 años, se llevaron a cabo tres de los cinco últimos fusilamientos del franquismo. Seguir leyendo....