Un anciano de 78 años de edad, José Ignacio Villameriel, ha perdido los ahorros de su vida víctima de una ' estafa del amor ' creada por Inteligencia Artificial , tras varios envíos de dinero (8.800 euros en total) a quien creía una médica en apuros en Kazajistán, con la esperanza de ayudarle a venir a España para entablar una relación sentimental. Después de meses de contactos únicamente a distancia a través de correos electrónicos, confiado en las intenciones declaradas de ella de que buscaba un hombre para «una relación seria », este jubilado ha llegado a vender su parte en un piso en Benidorm y pedido dinero a amigos, hasta que se ha dado cuenta de que todo era una trampa. «Te dejan que te descargues emocionalmente y te van atrapando, yo emocionalmente me sentía bien, contento de haber encontrado a alguien con quien estaba conectando», se confiesa. Su estado anímico resultaba propicio para entregarse a esta esperanza, porque su segunda esposa había fallecido en 2022, lo que le había sumido en una depresión . Tras la terapia, se había refugiado en Internet, donde a través de las redes sociales y los chats recibió el primer mensaje de Ainur , de 43 años de edad. Antes de aquella etapa, ya había vivido otra no menos traumática, presa de las adicciones, lo que desencadenó el divorcio de su primera mujer. Oriundo de Palencia y tras haber vivido la mayor parte de su vida en Gijón, se trasladó a Alicante y había estado desintoxicándose con Proyecto Hombre. En diciembre del año pasado, quien pensaba que sería su tercer amor le pidió 2.000 euros que le faltaban para desplazarse a España , luego otra vez la misma cantidad y finalmente, 10.000 que supuestamente le hacían falta para un depósito bancario exigido por el Gobierno de Kazajistán como garantía de que luego regresaría a su país. Aunque un amigo le advirtió de que aquello tenía todas las trazas de ser un fraude, él no le escuchó e incluso se desentendió de esta amistad. Incluso llegó a acudir en autobús al aeropuerto de Madrid-Barajas para recogerla y yendo de camino le avisó de que estaba detenida por una obra de arte confiscada a su familia. Y, cómo no, tenía que pagar una multa o la meterían en la cárcel : más dinero. Decidió acudir a la Policía al empezar por fin a sospechar y le confirmaron el engaño, al verificar que las fotos y el vídeo no se correspondían a nadie real, era una mujer virtual que no existía , inventada por Inteligencia Artificial. «Si conoces a alguien, tócale las manos, que puedas ver a la persona enfrente», recomienda, desconsolado, a quienes se vean ante una situación similar, ahora que está arruinado y comparte piso con otros tres jubilados en Alicante.