Una joven identificada como Lola ha hecho pública una denuncia a través de sus redes sociales en la que asegura estar siendo víctima de amenazas y chantaje por parte de una persona que habría accedido a imágenes íntimas suyas. Según su testimonio, el presunto autor le habría exigido el envío de nuevas fotografías bajo la amenaza de difundir las ya existentes a personas de su entorno. "Me están amenazando por unas fotos mías. No hace falta que explique cómo son las fotos", relató en su publicación.Lola afirma que, al negarse a enviar más material, la situación se agravó. "Me amenazan de que si no le enviaba más fotos iba a mandarlas a gente de mi alrededor", denunció, añadiendo que no supo cómo gestionar la situación y que su primera reacción fue avisar a su extorsionador de que lo denunciaría ante las autoridades. "Directamente, no le he mandado más fotos", explicó.El impacto emocional de una amenaza digitalEn su relato, la joven subrayó el impacto emocional que ha tenido esta experiencia, asegurando haber sufrido un ataque de ansiedad tras recibir las amenazas. "Sé que las fotos se van a publicar aunque vaya a la Policía", expresó con resignación. En ese sentido, pidió públicamente que, en caso de que las imágenes sean divulgadas, no sean compartidas ni replicadas. “Era para pedir que si esas fotos se enseñan no las difundáis más porque son fotos mías como de hace dos años”, suplicó.La joven también quiso hacer frente a los juicios que suelen caer sobre las víctimas de este tipo de delitos. "Muchos dirán que yo soy la culpable por haberlas hecho y enviado", reconoció, antes de subrayar que este tipo de situaciones afectan a muchas personas. "No soy la única que ha pasado por esto ni seré la última", afirmó, dirigiéndose a quienes suelen responsabilizar a las víctimas en lugar de a los agresores.Un caso que reabre el debate sobre la sextorsiónEl testimonio de Lola vuelve a poner el foco en los riesgos de la llamada sextorsión, una forma de chantaje digital que ha crecido de forma preocupante en los últimos años, especialmente entre adolescentes y jóvenes. En muchos casos, las víctimas acceden inicialmente a enviar contenido íntimo en un contexto de confianza, pero luego se enfrentan a amenazas, manipulación y coacción por parte de quienes buscan obtener más imágenes, dinero o simplemente ejercer control.@lola.a.aaaaaaa💜♬ sonido original - lolita💌Este tipo de delitos no solo tienen consecuencias legales para los autores, sino también graves secuelas psicológicas en quienes los sufren, como el aislamiento social, la ansiedad o la depresión. Las autoridades policiales y asociaciones especializadas recomiendan nunca ceder al chantaje y acudir inmediatamente a denunciar los hechos.“Deseo que no le pase a nadie más”La joven cerró su testimonio con un mensaje claro: “Informar de esto y desear que no le pase a nadie más”, escribió. También confirmó que planea acudir a la Policía para formalizar la denuncia, aunque teme que el daño ya esté hecho. “Voy a denunciarlo ahora a Comisaría y a rezar para que esas fotos no salgan a la luz, aunque ya me ha dicho que las ha enviado”, lamentó.Este tipo de casos, como han alertado expertos en ciberseguridad y salud mental, evidencian la necesidad de una mayor educación digital, tanto en el uso seguro de las redes como en la detección temprana de situaciones de riesgo. Las víctimas, además, necesitan redes de apoyo emocional y legal que las acompañen durante el proceso de denuncia y recuperación.