Junior Healy no es muy callejero. Trabaja ―lee, investiga, graba sus podcasts y emite sus directos ante el ordenador― sin salir de su casa. Un piso minúsculo “que por no tener no tiene ni salida de humos”, dice, en un barrio popular de Madrid, donde vive con su novio de los últimos 10 años, pese a que hace algún tiempo que rompieron. Su expareja se está mudando “poco a poco” tras la ruptura, por lo que declina amablemente que nos veamos en su casa y propone un macrocentro comercial cercano. Aquí, a la una de la tarde de un día entre semana, entre jubilados y jubiladas echando la mañana, pasa desapercibido. Pero Junior Healy, como prefiere ser llamado, pese, o quizá debido a lo común de su nombre real, es una celebridad para la pequeña legión de seguidores de la generación Z que imita su característico acento y jerga y cita sus frases textuales en vídeos de TikTok. Sin ir más lejos, esta boomer que firma, ni siquiera sabría quién es si una zeta no la hubiera puesto sobre la pista. Seguir leyendoJUNIOR EL SENIORJunior Healy tiene la sensación de haber llegado tarde a demasiadas cosas. Por eso, este licenciado en Publicidad que trabajó durante casi una década vendiendo las bondades de unos centros de estética, decidió, al ser despedido, no esperar más y, con el colchón de la idemnización, atreverse a dedicarse a su pasión: contar historias. Ahora, vive de ello. Sus podcast Francisco Frankie y ¿Solteras y fabulosas?, junto a su colega y amiga Esty Quesada, La Pringada, atraen a una audiencia compuesta mayoritariamente por mujeres de la generación Z.