La Policía Nacional busca a los autores de dos violentos asaltos a viviendas perpetrados en distintos puntos de Madrid en apenas 24 horas. En uno de los casos, los ladrones se hicieron pasar por policías con placas identificativas. En ambos robos , los moradores estaban en el interior y se llevaron joyas, además de dinero en efectivo. Unos hablaban de españoles y el otro de latinos, por lo que en principio no parece que se trate de los mismos grupos criminales, aunque los investigadores no tienen claro que no sean los mismos autores. El primero de ellos tuvo lugar el viernes, 26 de septiembre, sobre las once de la mañana, según ha podido saber ABC. Una vecina, que fue la que llamó a la Policía Nacional a las 11.24 horas. Alertaba de que se estaba produciendo un robo con violencia e intimidación en otro piso del número 24 de la avenida de Pablo Iglesias, una zona de Alcobendas de relativa nueva construcción, junto al parque de la Artillería Española, la Dehesa Boyal, con amplios bulevares y buenas salidas en caso de escapada rápida. Tiene al lado la M-616 y, muy cerca, la A-1 (autovía de Burgos). Esta testigo añadió que había visto salir corriendo de la finca a cuatro personas encapuchadas. La Policía Nacional, la Local y el Summa-112 fueron comisionados al domicilio. Allí se entrevistaron con las dos víctimas. Se trata de un matrimonio portugués, de 65 años él y 60 la mujer. Según declararon, la banda accedió al piso, un cuarto, haciéndose pasar por policías. Mostraron unas placas de agente del Cuerpo, lógicamente falsas. Rápidamente, ataron de pies y manos con bridas a la mujer, que es la que se encontraba en el momento en que irrumpieron en la vivienda. Poco después, llegó el marido, que se encontró con la escena y también fue reducido con las cinchas. Entonces, comenzaron a revolver todo el piso, hasta llevarse, según indicaron inicialmente, numerosas joyas sin especificar, algunas de ellas las portaban las víctimas en ese momento; también, 100.000 euros en efectivo, en billetes de 500, aunque luego, cuando denunciaron formalmente en la comisaría de Alcobendas-San Sebastián de los Reyes, rebajaron esa cantidad a 10.000. No se sabe si es que se equivocaron en un principio o se dieron cuenta de que tener semejante montante en casa y, además, en billetes de 500 euros (que son muy difíciles de colocar y que suelen provenir de actividades ilícitas) podría comprometerles más aún. De hecho, una de las líneas de investigación que se están siguiendo es el rastro del dinero, pues los agentes están seguros de que quienes perpetraron el atraco tenían información de sobra sobre sus víctimas, rutinas y horarios. Nadie va a entrar en un piso a media mañana con material específico para rehenes y se encuentra por casualidad con semejante botín. En este caso, por lo tanto, el perfil de los asaltados resulta fundamental para esclarecer qué ocurrió realmente. El Summa-112 también se trasladó al escenario, sin que el matrimonio precisara atención médica ni traslado alguno al hospital, pues no presentaban heridas. Sobre la descripción de los sospechosos, hablaron de tres (recordemos que la vecina contó a cuatro personas, quizá porque una estaba vigilando en el exterior). Dos eran varones con pasamontañas y acento español; el tercero, explicaron, lucía barba, una sudadera verde la placa policial. Se dieron a la fuga en un Peugeot 308 gris. Justo veinticuatro horas después, ayer a las 11.25 de la mañana, la sala del 091 recibía la alerta de un nuevo asalto de similares características. Este caso ocurrió muy cerca de la calle del General Ricardos, en la de Nicolás Morales, 8. Concretamente, en un bajo que funciona como vivienda. La víctima es un peruano de 51 años, quien relató a los agentes de la comisaría de Carabanchel que había llamado a la puerta y, cuando abrió, se encontró con tres sujetos. Uno sacó una pistola y le encañonó, por lo que no opuso resitencia. Según explicó el denunciante, le sustrajeron joyas por valor de 3.000 euros y otros 700 en efectivo. Luego, escaparon en un Lexus gris que, explican a ABC las fuentes consultadas, tenía las placas dobladas. Las habían robado de otro vehículo. El peruano narró que la banda la conformaban tres hombres de aspecto latino, dos de ellos de aproximadamente 1,70 metros de altura, y el otro era más alto. Añadió que uno de los sospechosos llevaba «un chaleco reflectante en la parte trasera» y que otro iba vestido de negro y portaba una gorra del mismo color. No consta que la víctima sufriera lesiones.