El PP recicla la idea de un visado de puntos y a la carta para migrantes que prioriza a latinos frente a africanos

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Un visado por puntos para inmigrantes condicionado a trabajos de sectores donde falta "mano de obra", con una "cultura próxima" a la española y que prime a quienes "tienen mayor capacidad de integración". Es la última propuesta del Partido Popular para dar la batalla a la extrema derecha anunciada por el líder del partido, Alberto Núñez Feijóo, durante la cumbre de barones celebrada este fin de semana. Un encuentro en el que se presentó la llamada Declaración de Murcia, que recoge los postulados de la dirección nacional del PP en materia migratoria como la expulsión de los extranjeros que cometan delitos sexuales o de los reincidentes en delitos "aunque sean leves", en la misma línea que defiende Vox.La propuesta del PP beneficiaría de manera clara a aquellos migrantes de origen latinoamericano, como ha dejado claro este lunes la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, que defendió que la "inmigración hispana no es inmigración" y aseguró que cuando habla de problemas de convivencia se refiere a personas procedentes de países que "puedan tener una integración más complicada". Se trata de un enfoque muy parecido al del partido de Santiago Abascal, que este lunes acusó al PP de montar un "paripé" para intentar "copiar" el discurso de Vox, al defender dar prioridad a la inmigración latinoamericana con el argumento de que comparten el idioma, la cultura y las costumbres frente a los de origen africano.El PP busca así plasmar sobre un papel el que ha sido su planteamiento, especialmente el del PP de Madrid, desde hace años: incentivar la llegada de migrantes procedentes de América Latina frente a los migrantes económicos o a refugiados procedentes de África. Cuando se habla de estos últimos, en el PP abundan las declaraciones cargadas de prejuicios que rozan peligrosamente la xenofobia. Desde el Gobierno aseguran que se trata de un plan "claramente discriminatorio", en palabras de la ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, porque sería la demostración de que "hay ciudadanos de primera y de segunda".Sin embargo, más allá de las palabras, el PP no ha logrado definir cuáles serían los parámetros ni cómo se aplicarían de manera concreta. "Las cosas aún no están perfectamente definidas", señaló la número tres del PP, Alma Ezcurra, en rueda de prensa. "No le puedo dar la cifra numérica porque no está aterrizado de esa manera", añadió, dejando para más adelante los detalles sobre cómo se premiará la proximidad cultural a España o cómo se definirá qué personas y de qué países reciben menos puntos por, supuestamente, no respetar los "valores" españoles. "El modelo está por construir, dependiendo de cada caso se priorizará una cuestión", dijo. Aunque el líder de la oposición presentó el visado por puntos el domingo como su gran medida, se trata de una idea que aplican otros países como Canadá o Australia y que ya planteó el PP de Mariano Rajoy en 2008, pero que nunca llegó a aplicar cuando gobernó. El fondo, sin embargo, es el mismo: una suerte de carné por puntos que priorice a los inmigrantes que procedan de países con los que España tenga "vínculos históricos o preferenciales" y tengan "capacidad o formación" importante "para el funcionamiento de la economía por cubrir una carencia concreta". Eso es lo que defendió el entonces portavoz del PP, Juan Costa, y que ahora propugna Feijóo. Años más tarde, Ciudadanos recuperó esa misma idea del visado por puntos en sus programas electorales de 2015 y 2019. La formación de Albert Rivera lo incluyó en el programa electoral bajo el pretexto de "favorecer la importación de talento extranjero" y utilizando baremos objetivos como la edad, el nivel educativo, los idiomas, la capacidad de integración, la empleabilidad e incluso el proyecto empresarial.Y Feijóo volvió a hacer lo mismo en las elecciones de 2023. En su programa electoral del 23J, el PP propuso la creación de un sistema de "inmigración legal cualificada" basado en un "sistema de puntos" con el objetivo de premiar "la formación académica, las competencias lingüísticas y la capacidad innovadora de quienes buscan emigrar a España y tratar de promover "una inmigración basada en la igualdad de oportunidades y el mérito".Las diferencias de enfoque en torno a las migraciones en función de su origen también sirven para explicar el apoyo inicial dado por el PP a la iniciativa legislativa popular que se debatió en el Congreso el pasado año para una nueva regularización de extranjeros sin papeles. Feijóo se posicionó entonces en el bloque del 'sí', movido por la presión de la Iglesia católica y de algunos sectores empresariales que requieren de mano de obra, con la vista puesta en la inmigración europea pero, sobre todo, latinoamericana. Sin embargo, el PP ahora estaría en el 'no', según ha reconocido este lunes Ezcurra, lo que evidencia el giro a la derecha de sus postulados. "En tanto no sean admitidas nuestras enmiendas, que es lo que nos parece razonable que hay que hacer con ello, nosotros no votaremos a favor de esa ILP", aseguró la vicesecretaria de Coordinación Sectorial este lunes.En Génova nunca habían dado a entender de manera tan clara cuál iba a ser el sentido del voto, ya que en su momento Feijóo defendió abiertamente "una solución" para los extranjeros en situación irregular que viven y trabajan en nuestro país. "Hay un debate que debemos dar y debemos zanjar con los migrantes que viven y trabajan en España, pero que no obtienen o no han obtenido de momento papeles. Esos pueden estar tranquilos, que este partido es sensible con ellos y buscaremos soluciones para una inclusión social correcta y legal en nuestro país", argumentaba.El cambio del PP se explica, en gran medida, por la radicalización de su discurso en materia migratoria, apostando por la asimilación forzosa para optar a la regularización, en línea con lo que defiende Vox: dar prioridad a los migrantes que comparten "valores" y "costumbres" y rechazar a los que no. Pero ese no es el único motivo. El jefe de la oposición ha asegurado en varias ocasiones que no pactará nada "con el PSOE de Pedro Sánchez", desvinculándose así de los pactos de Estado que ofreció cuando llegó al cargo.