El tabaquismo sigue siendo uno de los grandes problemas de salud pública de nuestro país. Aunque es menos que en otros tiempos, sigue siendo excesivo: uno de cada cuatro encuestados en España se declara fumador. Las generaciones de gente más joven no abandonan el humo, así que la clientela de los estancos se va renovando. Pero algo que ha cambiado es que hay más opciones que nunca para dejar de fumar.El último tratamiento que ha llegado con nuevos formatos es la citisina, que se vende en los formatos de Todacitan o Recigarum. La Junta de Andalucía ha empezado a cofinanciar el tratamiento, algo que solo se hace en algunas comunidades, como Castilla y León y Comunidad Valenciana. Se ha sumado al bupropión y la vareniclina. La novedad es que Todacitan y Recigarum tienen un proceso de pastillas en 25 días para ir eliminando la ansiedad propia de la deshabituación, el síndrome de abstinencia del tabaco. Esos tratamientos no son ansiolíticos, sino que hacen soportable la abstinencia.La doctora Palomares Rosado, en el centro de salud de Jerez Sur, está acompañando a los pacientes que quieren dejar de fumar con tratamientos. Y advierte: no hay milagros, pero se puede conseguir. La doctora, en su consulta del centro de salud. MANU GARCÍA"Tiene que ser en el momento adecuado, cuando una persona tenga la decisión firme de dejar de fumar. Para eso miramos si ha tenido un intento en el último año. Además, debe estar incluido en un programa de apoyo a la deshabituación al tabaquismo en el SAS", señala.Para eso, lo importante es hablar con el médico de familia, que va a poner por delante los pasos a seguir y las opciones existentes.El tratamiento se financia bajo también otros condicionantes, como ser fumador de al menos 10 cigarrillos al día (es la inmensa mayoría de casos), y que en el Test de Fagerström de dependencia de la nicotina dé una nota de más de siete, que también es la mayoría de fumadores diarios.Además de los tres tratamientos financiados, hay otros no financiados que pueden adquirirse, si bien ayuda al futuro exfumador ir con su médico de familia en este proceso."Ningún tratamiento farmacológico es milagroso. Debe estar acompañado de motivación y de un apoyo conductual". Además de la dependencia física, está la social, cultural. "Los tratamientos reducen los síntomas de abstinencia, la irritabilidad, el nerviosismo, la inquietud. Pero hay una parte psicológica".Los consejos de la doctoraEsta experta en guiar a pacientes hasta los cero humos ofrece algunos consejos basados en su experiencia. Por ejemplo, evitar a las personas que fuman habitualmente cerca. Quitar de casa el mechero, el cenicero, todo lo que recuerde al tabaco, "todo a la basura". Decir a los demás que estás dejando de fumar. Prevenir situaciones de riesgo, evitarlas, pero luego, afrontarlas y superarlas. El ejercicio físico es también importante, porque te despejas, y está demostrado que con ese deporte hay más posibilidades de dejar de fumar. Otra motivación puede ser la economía. Además, pueden sustituirse hábitos como tener las manos ocupadas con un bolígrafo en los casos en los que uno llevaría en la mano el cigarro.Cuidado con el cigarro: "Detrás del cigarro va el paquete"Hay que tener cuidado con el aumento de las ingestas calóricas. El tabaco, per se, reduce el apetito, así que en el proceso pueden aumentarse los kilos. "Yo recomiendo tener siempre a mano fruta fresca, unas uvas, mandarinas...". El riesgo, luego, está en la recaída. "Detrás de un cigarro viene un paquete, a veces nos confiamos". Lo más habitual es en bodas y otros eventos, especialmente aquellos que más asociamos al consumo de tabaco, a menudo acompañado de momentos de ocio y con alcohol.En cuanto a los efectos secundarios de estos tratamientos, vienen descritos y quienes mejor pueden explicarlos son especialmente los médicos, pero la doctora avanza que son "muy raros" y que "tampoco tienen interacción con las medicaciones habituales".Por tanto, en Andalucía, entre los usuarios del SAS, hay opciones para estar un poco más cerca de dejar el tabaco. Ir al médico para prevenir y evitar enfermedades graves sale más a cuenta que acudir y recibir un diagnóstico que nadie quiere dentro de un tiempo. Eso sí, hay que motivarse. Se puede dejar de fumar.