Doña Blanca tras más de 30 años 'enterrada': un cadáver, una bolsa de pipas y "mucho por excavar"

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Ruido de motores y una impresionante vista a la Sierra de San Cristóbal. Los vehículos, a 90 kilómetros por hora, circulan a escasos metros de la ciudad fenicia más antigua de la Península Ibérica. Hay movimiento en el yacimiento arqueológico de Doña Blanca en El Puerto. Concretamente, en unos 100 metros cuadrados, donde un equipo lleva a cabo una excavación en la zona norte. En ese punto, se ubicaba la entrada monumental de la antigua ciudad fenicia, una de las más relevantes del Mediterráneo protohistórico.En 1981, el yacimiento fue declarado Patrimonio histórico artístico y en 1999, Bien de Interés Cultural (BIC). Sin embargo, parecía estar olvidado, salvo por algunos que seguían insistiendo en la cantidad de joyas que están por descubrir. La catedrática de Prehistoria Ana María Niveau de Villedary, junto al Grupo de Investigación Phoenix Mediterránea de la Universidad de Cádiz (UCA), lleva desde el 1 de septiembre tratando de confirmar la ubicación del acceso a la ciudad y determinar sus características morfológicas.Es la cuarta semana de trabajos en este enclave donde, hasta el 10 de octubre, se realiza una excavación en extensión con técnicas punteras de georradar y prospección geomagnética. Unas 15 personas no pierden detalle de estos vestigios del pasado que todavía tienen mucho que ofrecer. Entre ellas, estudiantes voluntarios del Grado en Historia, del Máster en Patrimonio, Arqueología e Historia Marítimas y del Máster de Arqueología Náutica y Subacuática.Campaña arqueológica en el yacimiento de Doña Blanca.   MANU GARCÍAEl proyecto ha recibido una subvención de 40.000 euros de Diputación Provincial de Cádiz, coordinados desde la Dirección General de Emprendimiento de la UCA (Programa Ucainnova 2025). Además, cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de El Puerto y de la Junta de Andalucía, propietaria del yacimiento.Esta es la segunda intervención del equipo. Fue en 2024 cuando impulsó la primera campaña después de décadas. “Se solicitó como actividad arqueológica puntual y lo hicimos con nuestros propios recursos, estuvimos excavando cuatro semanas”, explica la directora de estas excavaciones.Comenzaron con una catalogación de estructuras, dar nombre a los muros y realizar diez sondeos para responder a preguntas concretas. Primeros pasos para desentrañar un terreno que no se tocaba desde 1991, salvo algunas intervenciones puntuales en los años noventa y principios de los 2000.El equipo se encuentra en la cuarta semana de excavaciones.  MANU GARCÍAFue hace 33 años cuando finalizó el primer y único proyecto general de investigación que ha abordado este yacimiento. Diego Ruiz Mata fue el director de aquellas excavaciones que se extendieron durante doce años. Desde entonces, este sevillano, catedrático de Prehistoria de la UCA, lleva años luchando por su renacer desde que lo descubrió en la que conocen como primera etapa de trabajos.Nueva oportunidad para desentrañar Doña BlancaHoy se puede hablar de una segunda fase gracias al interés de un joven que ha contribuido a esta vuelta al terreno. Pablo Sicre González, coordinador de campo, se interesó por el enclave donde pasa muchas horas. Tras graduarse en Historia, completó un máster en Patrimonio Virtual Online y, posteriormente, se apuntó al de Patrimonio, Arqueología e Historia Marítima.En su TFM planteó realiza la reconstrucción virtual del yacimiento, tal y como había hecho con la muralla del Cerro del Castillo en Chiclana. “Un día quedamos aquí con el director del enclave, Francisco Alarcón, para explicarle cuáles iban a ser los trabajos y en esa conversación surge la pregunta de ¿nadie ha querido retomar estos trabajos en todos estos años?”, comenta Ana.La catedrática explica que, cada vez que se cuestionaba esta pregunta, su nombre solía aparecer en la respuesta. No terminaba de ver el momento hasta ahora. Pablo ya contaba con experiencia tras haber participado en excavaciones en Baelo Claudia, en Cerdeña, Sicilia o como arqueólogo urbano en Cádiz. Así que juntos se pusieron manos a la obra para seguir dando luz al yacimiento que este jerezano veía por la ventana del tren en sus idas y venidas a la UCA.Reconstrucción virtual de la antigua ciudad fenicia. CEDIDAAna María Niveau, directora de las intervenciones, junto a Pablo Sicre González, coordinador de campo.  MANU GARCÍAEl equipo utiliza técnicas punteras para extraer información del enclave.   MANU GARCÍANo cabe duda de que Ana era la persona indicada para dar el relevo a Diego Ruiz Mata. Sus pies pisan Doña Blanca desde que terminó la carrera. De hecho, su primer contrato fue en la primera intervención puntual que se realizó con motivo del Congreso de Estudios Fenicios de 1995. Además, su tesis doctoral está vinculada a este sitio y su director fue este también catedrático de Prehistoria que nunca se ha separado del yacimiento y que propone un proyecto cultural y turístico en el entorno.Ana asegura estar maravillada con este lugar que ya conoce como la palma de su mano. “Justo el año que empecé la carrera, Diego se sacó la plaza y se vino a Cádiz. Le conocían como el profesor que excavaba en Doña Blanca. Desde que tuve clase con él, empecé a colaborar hasta el doctorado”, detalla la gaditana.Algo en su interior le decía que este yacimiento no podía seguir sin que nadie le prestase atención y el año pasado vio el momento.De un cadáver a un sillarDe momento, todo marcha viento en popa. “La hipótesis planteada es correcta. Los objetivos son muy claros: conseguir ver la forma de la muralla y de la entrada del sistema defensivo, ver si había fases de ocupación anteriores a la construcción del sistema defensivo, y analizar la reutilización de los espacios o el reaprovechamiento de los espacios después de la época fenicio-púnica. Los tres están cumplidos”, explica Pablo, que explica que los arqueólogos no buscan nada sino que trabajan para sacar la mayor cantidad de información posible.Pablo Sicre, durante la entrevista.   MANU GARCÍALos arqueólogos recorren el terreno lleno de herramientas mientras explican a lavozdelsur.es algunos de los datos que manejan. Por ejemplo, que Doña Blanca tiene tres fases de ocupación. “Tras la Segunda Guerra Púnica se creía que se abandonó completamente. Se abandona como ciudad amurallada importante, pero el espacio se reocupa en época romana con una población rural y casi aislada. Después, se vuelve a reutilizar como una alquería almohade”, sostiene Ana.Lo saben porque en este mes ha aparecido un horno, estructura de combustión donde fabricaban pesas de red. Durante la campaña también han hallado otros elementos que les han permitido obtener más información sobre la ciudad. Entre ellos, un vaso de almacenamiento, una catapulta de la Segunda Guerra Púnica o una hoguera. Pero el hallazgo más llamativo ha sido una mujer romana con un anillo de bronce en un dedo. Es el primer cadáver encontrado dentro del yacimiento. “Estaba cubierto por una bolsa de plástico y piedra. Esto significa que Diego ya lo encontró, pero no pudo sacarlo en aquel momento y lo cubrió para protegerlo”, explican.También han sacado del subsuelo un sillar que formaría parte de la entrada. “En las fuentes clásicas se dice que Aníbal visita Gadir... probablemente pasó por aquí”, comenta Pablo señalando la ubicación.Excavación en extensión en la zona norte del yacimiento.   MANU GARCÍADetalle de los perfiles que realizan los arqueólogos.   MANU GARCÍADurante los trabajos, el equipo se enfrenta a ciertas dificultades como la falta de documentación. “Consultamos los libros de Diego, pero los arqueólogos necesitamos datos concretos para seguir trabajando, plantas, perfiles, materiales. No hay información ninguna y vamos un poco a ciegas”, comentan.Por esa razón, decidieron realizar estas intervenciones que les permite extraer más datos.Incluso han tenido que abandonar sondeos planteados el año pasado por descubrir que ya se habían hecho hace más de 30 años. “En uno de ellos, cuando habíamos profundizado un metro, salió una bolsa de pipas. Eso significa que Diego ya había hecho ese mismo sondeo. Al haber pasado 30 años, se han borrado las señales, pero gracias a Dios que dejó esa bolsa para indicar que ya se había trabajado ahí. Nos ha pasado en más sitios”, explica Ana.Próximas metasEl equipo ya piensa en sus siguientes retos. El año que viene le gustaría excavar zonas nuevas, pero, para ello, deben crear un proyecto general de investigación. “Para la siguiente campaña, la Delegación de cultura nos lo va a exigir. Por eso estamos ahora viento que hay. Todo esto nos ayuda a delimitar por dónde queremos enfocarlo”, añade la catedrática.Vistas de la Sierra de San Cristóbal desde el yacimiento.   MANU GARCÍALos trabajos realizados en la excavaciones de esta temporada.  MANU GARCÍA  Ella considera que este yacimiento puede convertirse en un espacio colaborativo como Baelo Claudia en el que convivan varios proyectos de distintas universidades. “No es exclusivo de la UCA. Es enorme y falta muchísimo por excavar. Todavía queda muchísimo más por saberse”, expresa.El principal motor, la financiación. Si sigue existiendo, el equipo continuará desvelando la planificación urbanística de la ciudad fenicia. Con la mirada puesta en un Plan General de Investigación que impulse proyectos arqueológicos sistemáticos en el enclave. Y que devuelva el esplendor a un lugar tantos años castigado.