La Esperanza de Triana estrena manto bordado

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La Esperanza de Triana ha incorporado a su patrimonio un nuevo manto bordado destinado a los cultos, besamanos y traslados de la Virgen de la Esperanza. La pieza, confeccionada en terciopelo verde y bordada en oro, ha sido realizada en el taller de Pepi Maya a partir de un diseño original de Francisco Javier Sánchez de los Reyes. Inspirado en el histórico manto de la Esperanza —actualmente propiedad de la Virgen de la Paz, patrona de Ronda—, la nueva obra rememora la primera creación que José Recio del Rivero ejecutó para la hermandad en 1909. A partir de esa referencia, el diseño actual mantiene el lenguaje ornamental del modelo original, con especial atención al movimiento y escala de los motivos vegetales, aunque introduce una composición completamente renovada. En el centro del manto destaca una cartela coronada con el áncora y el salvavidas entrelazados , emblema corporativo que los nazarenos portan en sus capas desde comienzos del siglo XX. La palabra 'ESPERANZA' preside este símbolo, enmarcado por un rico repertorio ornamental que toma como fuente de inspiración la cerámica trianera de José Recio. Entre los referentes documentados del ceramista se encuentra el zócalo de una casa señorial en la calle Águilas, fechado en 1912. El diseño incorpora elementos característicos del estilo de Recio , como los tallos dobles unidos por travesaños —a modo de 'escaleritas'—, ángeles fitomórficos (figuras híbridas entre lo humano y lo vegetal) y otros seres fantásticos como delfines y dragones. Estas figuras, tradicionalmente vinculadas a la protección de lo sagrado, son propias de la ornamentación manierista reinterpretada por la cerámica sevillana de principios del siglo XX. El bordado, ejecutado por Pepi Maya —discípula, junto a su hermana Dolores, del taller de Esperanza Elena Caro—, se caracteriza por una destacada riqueza técnica. En él se emplean cartulinas, hojillas, giraspes, matizados en sedas y grandes piezas textiles, en un conjunto que aúna maestría artesanal y expresividad simbólica. Como remate, el manto luce una blonda de diseño exclusivo , de gran anchura y perfectamente adaptada a la monumentalidad de la pieza, confeccionada por Alfonso Aguilar.