Lo farmacéuticos se han mostrado como una profesión polifacética, interdisciplinar, enciclopédica, diversa y esencial durante la mesa redonda 'Una única profesión y distintas modalidades al servicio de los pacientes', celebrada en Toledo con motivo del Día Mundial del Farmacéutico y moderada por Fernando Franco, delegado de ABC en Castilla-La Mancha. Cinco voces mostraron cómo la industria, la distribución, la farmacia hospitalaria, la salud pública y la farmacia comunitaria se complementan bajo un mismo objetivo: garantizar la salud de los pacientes. La primera en intervenir fue María José del Ama, directora técnica y de la Unidad de Calidad de Reig Jofre en Toledo, que reivindicó el papel del farmacéutico en cada etapa del proceso industria.: «En cada etapa, proceso, control y decisión que se toma dentro del laboratorio, hay un farmacéutico ». Además, subrayó la relevancia del director técnico como máximo garante de que cada lote se fabrica de acuerdo con la legislación y las normas de correcta fabricación. Desde la perspectiva de la distribución, Fernando Manuel Soto Delgado, gerente de Bidafarma, explicó que su labor va mucho más allá de la logística. « Nosotros somos el eslabón fundamental dentro de lo que es la elaboración del medicamento y lo que es la dispensación , ese punto intermedio en el que conseguimos hacer que cada medicamento y cada caja esté siempre disponible para todos los usuarios». Solo en Toledo, Bidafarma gestiona más de 20 rutas diarias y distribuye unos 30.000 envases al día. Por su parte, Pablo Aguado Barroso, jefe de Servicio de Farmacia Hospitalaria del Complejo Hospitalario de Toledo, puso de relieve el valor clínico de su especialidad: «Detrás de la dispensación hay un trabajo de farmacéutico en el que se comprueba, mediante parámetros bioquímicos y analíticos, que el tratamiento se va a administrar de manera segura y eficiente ». Recordó que en el Hosp se elaboran unas 40.000 fórmulas al año y se participa en más de 35 ensayos clínicos activos. La intervención de María Risco Abellán, farmacéutica oficial de salud pública en la Dirección General de Salud Pública de Castilla-La Mancha, sirvió para visibilizar un campo poco conocido. «Quizás una de las áreas más desconocidas de la profesión, pero ya no por nosotros, sino por la población en general», afirmó. Enumeró funciones clave como la seguridad alimentaria —«estamos presentes desde la fabricación de los alimentos hasta el final, cuando el consumidor los toma»—, la gestión de alertas alimentarias y la farmacovigilancia. El cierre correspondió a Carlos Barcina Martín, farmacéutico comunitario en Bargas, que aportó el tono más personal y reivindicativo . Relató cómo heredó la vocación de su madre y defendió el papel de la farmacia comunitaria como puerta de entrada del sistema sanitario. «Al final no somos solamente un establecimiento sanitario, que sí, sino que también somos u n punto de apoyo de la sociedad ». Reclamó más comunicación con la atención primaria y los hospitales a través de la receta electrónica, «Ese canal de comunicación, yo creo que es la receta electrónica: sí o sí«, aseguró. Asimismo subrayó que »Farmacia es la carrera de ciencias por excelencia« La mesa redonda evidenció así que, aunque con funciones diversas, la farmacia comparte una misma vocación de servicio: estar al lado del paciente,. El espíritu común lo resumió Concepción Sánchez, presidenta del Consejo de Colegios Oficiales de Farmacéuticos de Castilla-La Mancha: «La farmacia no es una tienda con un mostrador, es empatía, es cuidado, es prevención».