¿Por qué esta artista del siglo XVII, que fue más famosa que Rembrandt, cayó en el olvido?

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Fuente.El Siglo de Oro neerlandés suele evocar nombres como Rembrandt, Vermeer o Frans Hals, pero hubo también mujeres que alcanzaron una fama deslumbrante y que después desaparecieron casi por completo de los manuales. Una de ellas fue Johanna Koerten, nacida en Ámsterdam en 1650, célebre por un talento capaz de atraer a reyes y emperadores a su taller. Su arte más celebrado era el del recorte de papel, un medio frágil y a menudo menospreciado que, en sus manos, adquiría una sofisticación tal que imitaba los efectos de la pintura: claroscuro, profundidad, texturas y perspectivas que desafiaban lo que podía esperarse de unas simples tijeras. No se trataba de siluetas ingenuas, sino de auténticas composiciones complejas, delicadas y poderosas.Su éxito fue inmediato. Koerten llegó a vender una de sus obras por 4.000 florines a la esposa del emperador Leopoldo I, más del doble de lo que Rembrandt había recibido por La ronda de noche. Su casa de la calle Nieuwendijk funcionaba como una galería que atraía a artistas, poetas y coleccionistas, y su clientela incluía a Pedro el Grande de Rusia, Guillermo III de Inglaterra o Federico Guillermo de Brandeburgo. En 1697, incluso el zar la visitó en persona, fascinado por aquella artista que transformaba el papel en obras que parecían imposibles. Su fama no se limitaba a lo local: era una figura internacional en una Europa que aún no concebía el arte como un terreno abierto a tantas mujeres.Lo extraordinario es que Koerten no fue una excepción aislada. En los Países Bajos y Flandes del siglo XVII, muchas mujeres prosperaron en el mundo del arte. Nombres como Judith Leyster, Rachel Ruysch o Clara Peeters gozaban de prestigio y reconocimiento en vida, expusieron, vendieron bien sus obras y fueron elogiadas por críticos y coleccionistas. El problema es que la historia del arte posterior borró a casi todas. Como señala la exposición organizada recientemente por el National Museum of Women in the Arts en Washington, que reúne 150 obras de 40 creadoras de entre 1600 y 1750, estas mujeres no trabajaban en la sombra, sino en los mismos círculos que sus colegas hombres. Lo que cambió fue la mirada de los siglos posteriores, que decidió qué contar y qué olvidar.En el caso de Koerten, el olvido tiene varias causas. Por un lado, el arte en papel es extremadamente frágil. Se estima que de toda su producción apenas han sobrevivido quince piezas, mientras que el resto se perdió víctima de la humedad, el fuego o la simple vulnerabilidad del material. Sin obras que mostrar y estudiar, su legado se volvió difícil de sostener en el tiempo. Pero hubo algo más profundo: la jerarquización del arte que se consolidó en los siglos XVIII y XIX. La pintura al óleo se convirtió en la cima de la creación, mientras que medios como el encaje, el bordado o el recorte fueron degradados a “trabajos femeninos” o artesanía, no dignos de figurar en el canon. Lo que en su momento se valoraba como destreza magistral pasó a verse como entretenimiento doméstico.Esa operación de olvido se reforzó con la construcción de un relato heroico en torno a los “grandes hombres del arte”. Los museos y la historiografía del siglo XIX se encargaron de fijar un canon que encumbraba a unos pocos y arrinconaba a otros, especialmente a las mujeres. En ese proceso, la memoria de Koerten quedó relegada, y la magnitud de su fama se convirtió en una nota a pie de página.Rescatar hoy su figura no es solo un acto de justicia hacia una creadora extraordinaria, sino también una invitación a cuestionar cómo se ha contado la historia del arte y por qué se ha marginado a tantas mujeres. Su vida y su obra nos recuerdan que la creatividad puede florecer en medios considerados secundarios, y que los límites entre lo “alto” y lo “menor” son construcciones culturales que reflejan prejuicios de género y de clase. En su taller, Koerten transformaba un material humilde en una experiencia de asombro que fascinaba a emperadores y zares. Reconocerla de nuevo es reconocer que la grandeza artística no depende del soporte, sino de la capacidad de trascenderlo.Fuente: Smithsonian.____________________________________________________________________________________________   No olvides que puedes seguirnos en Facebook.The post ¿Por qué esta artista del siglo XVII, que fue más famosa que Rembrandt, cayó en el olvido? appeared first on La piedra de Sísifo.