Igual estamos de acuerdo, alcalde. No hay madrileño sin atasco, que no sé yo si es decir también que no hay atascazo sin madrileño. A eso lo llaman movilidad, venialmente, pero estamos ante nuestra gimnasia diaria, ante el himno del claxon, ante el ritual de la histeria que no cesa, o casi. Le están dando a usted mucho el tostón con los atascos recientes, por las obras en curso, pero aquí el atasco es paisaje, si nos ponemos serios, casi patrimonio. El visitante del Prado se lleva de recuerdo no sólo Las Meninas en la memoria, sino también veinte minutos en doble fila por el Paseo del Prado. El turista que sueña con la Puerta del Sol acaba soñando también... Ver Más