En el complejo entramado de la realeza europea , siempre aparecen nuevos nombres que despiertan curiosidad y ocupan titulares en la prensa de sociedad. Si hace unos años la atención se centraba en la Princesa Leonor y la Infanta Sofía por su papel central en la monarquía española, hoy empiezan a resonar con fuerza otros rostros jóvenes de la familia extendida de los Borbones. Se trata de María Carolina y María Clara de Borbón-Dos Sicilias, dos hermanas nacidas en Roma que, con apenas veinte y diecinueve años, se están abriendo paso en la esfera mediática internacional . ¿Quiénes son? ¿De dónde vienen? ¿Qué relación guardan con la Casa Real española? María Carolina nació en 2003 en Roma y su hermana pequeña, María Clara en 2005 en la misma ciudad. Son hijas de Carlos de Borbón-Dos Sicilias , actual duque de Castro y pretendiente al trono histórico de las Dos Sicilias, y de Camila Crociani, heredera de una acaudalada familia italiana vinculada al mundo empresarial. Ambas se criaron entre Italia, Francia y Mónaco , en un ambiente cosmopolita y multilingüe. Desde niñas han estado acostumbradas a los flashes y focos y a la mezcla entre tradición aristocrática y modernidad que caracteriza a las nuevas generaciones de la nobleza europea. El apellido Borbón-Dos Sicilias remite a un linaje que reinó en Nápoles y Sicilia hasta la unificación italiana del siglo XIX. Aunque aquel trono desapareció, la familia mantuvo sus títulos. Por ello, a María Carolina y María Clara se las reconoce con títulos nobiliarios honoríficos: la primera es duquesa de Palermo y de Calabria, mientras que la segunda ostenta los de duquesa de Noto y de Capri. El linaje Borbón-Dos Sicilias, como cualquier familia de a pie, tiene sus problemas. Desde hace décadas existe una disputa entre dos ramas por la jefatura de la casa: la encabezada por el padre de las jóvenes, Carlos de Borbón-Dos Sicilias, y la que representa Pedro de Borbón-Dos Sicilias, duque de Calabria. Esta división genera dudas sobre el uso de títulos. En España, su vínculo con la monarquía es real, aunque lejano. Son primas de sangre de la princesa Leonor y de la infanta Sofía, ya que los Borbón-Dos Sicilias comparten ancestros con la familia real española. Y ese parentesco, aunque es muy lejano, explica por qué en los medios se las suele presentar como «primas de la heredera». Ambas hermanas han recibido formación internacional. María Carolina ha cursado estudios de Economía, Ciencias Sociales y Marketing, con intereses que apuntan hacia el mundo de la moda y la comunicación. María Clara, por su parte, está inmersa en su formación universitaria con una inclinación similar, y muestra un especial interés por el medio ambiente y la acción social. Las dos son políglotas: hablan italiano, francés, inglés y español, lo que refuerza su perfil cosmopolita. No tienen funciones oficiales en la monarquía española ni en la italiana —que hoy es una república—, pero sí han asumido roles de representación cultural y benéfica. María Clara, por ejemplo, ha colaborado como embajadora en iniciativas de WWF en Italia y Francia, mientras que María Carolina ha participado en actos vinculados a la difusión cultural de la tradición napolitana y siciliana. En los últimos años, sus nombres han ganado notoriedad. La mayoría de edad de María Carolina marcó un punto de inflexión: comenzó a aparecer en reportajes de moda y en eventos internacionales. Sus estilismos, su porte y la evidente herencia aristocrática atrajeron la atención de revistas como Harper's Bazaar o Vanity Fair. María Clara, más activa en redes sociales, también se convirtió en noticia tras ser relacionada sentimentalmente con el príncipe Cristián de Dinamarca, hijo de la heredera al trono danés. Aunque ella misma desmintió el romance asegurando que solo son amigos, el episodio consolidó su nombre en la prensa europea. Ambas han sido vistas en ferias, fiestas y actos sociales en España, especialmente en Sevilla, donde visitaron la Feria de Abril. Sus apariciones despertaron interés por la conexión con el país y reforzaron el relato de que son «las primas lejanas» de Leonor. Una de las cosas que más llaman la atención de ellas es que se han alejado por completo de los rígidos protocolos que aún marcan la agenda de la Princesa Leonor. María Carolina y María Clara se muestran con naturalidad en redes sociales: posan en destinos de lujo, comparten momentos cotidianos, aparecen en campañas de moda y eso hace que su imagen que conecte mucho más con su generación. Su papel es mucho más parecido al de Victoria Federica, también porque sus responsabilidades institucionales son mucho menores, aunque no hay constancia de que mantengan relación real alguna . Como ella, combinan su vida moderna con sus ceremonias religiosas vinculadas a la familia, mantienen contacto con casas reales europeas y se implican en causas sociales. El equilibrio entre el deber histórico y la vida contemporánea es, quizás, lo que más fascina al público que las sigue.